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-Muy bien dijo la
calavera. Extiende hacia acá tu mano derecha.
-Bien , replico la
joven, y levantando su mano derecha la extendió en dirección a la calavera. En
este instante la calavera lanzó un chisguete de saliva que fue a caer
directamente en la palma de la mano de la doncella. Mirose esta rápidamente con
atención la palma de la mano. Pero la saliva de la calavera ya no estaba en su
mano –En mi saliva y en mi baba te he dado mi descendencia dijo la voz en el
árbol. Ahora mi cabeza ya no tiene nada encima, no es más que una calavera
despojada de la carne. Así es la cabeza de los grandes príncipes, la carne es
lo único que les da una hermosa apariencia. Y cuando mueren espántense los hombres a causa de los huesos.
Así es también la naturaleza de los hijos
que son como la saliva y la baba, ya sean hijos de un señor, de un hombre sabio o de un orador. Su
condición no se pierde cuando se van, sino se hereda; No se distingue ni
desaparece la imagen del señor, del hombre sabio o del orador, sino que la
dejan a sus hijas y a los hijos que engendran (Fragmento)
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